Homilía del día: EL PORQUÉ DE LAS PRUEBAS

¿Cuántas veces nos hemos preguntado el por qué el Señor permite las pruebas y tentaciones en nuestras vidas? ¿No sería más fácil no ser tentado y ya? Jesús mismo nos enseña el día de hoy las razones y las respuestas que el cristiano debe tener al ser tentado y probado.

Lo primero que vemos en las Sagradas Escrituras hoy es que el Espíritu llevó a Jesús al desierto; "En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo." y automáticamente nos preguntamos ¿Fue llevado por el Espíritu para ser tentado por el diablo? ¿De qué estamos hablando? Pues, si el Espíritu Santo llevó a Jesús para ser tentado por el diablo, ¿qué quedará de nosotros? ¿Acaso esto es un juego maquiavélico? ¿Está Dios en su sala de estar viendo un video juego para pasar el tiempo con nosotros?

La respuesta a esa encrucijada es simple, el Señor, amados, nos lleva al campo de batalla para que maduremos y mostremos de qué estamos hechos, para mostrar la naturaleza divina que habita en nosotros, para sacar de lo más profundo de nuestro ser la madera de lo que estamos hecho, Él quiere que demostremos quiénes somos, no por Él, sino más bien para que sepamos lo que somos en Él, es decir, estiempo de madurar, de crecer ya que es la única manera de vivir a pesar de los ataques del enemigo. Él desea, como todo padre, que sus hijos sepan enfrentar la vida, Él sabe que con su ayuda podemos mantenernos firmes más allá de las pruebas.

Si el Señor te está haciendo pasar por pruebas, entiende que no es para que caigas sino más bien para que crezcas, porque te quiere llevar lejos. Aunque estés pasando por pruebas difíciles, no te preocupes, Jesús paso por eso.

El demonio nos ataca por las tres áreas mas vulnerables que tenemos, las mismas que usó con la primera pareja, las mismas que usó con el Señor:

Lo primero que siempre hace el enemigo es que nos hace dudar de nuestro sustento diario, pues, él se aprovecha de nuestras vidas, ya que todos nosotros después de tantos ajetreos y trabajos, sentimos necesidad personal; sentimos hambre, así lo hizo con Jesús "Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre."

Y son esos momentos de necesidad, de hambre, que el diablo aprovecha para acercarse. (Él nunca se acerca cuando estamos fuertes, no es tonto) Quiere el demonio hacernos dudar de nuestra relación de hijos con Dios a través de algo tan sensible con el sustento, dice el pasaje "El tentador se le acercó y le dijo: –«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.»

A este tipo de tentación Jesús responde y nos enseña como responder cuando esta duda, cuando esta prueba viene a nosotros: "Pero él le contestó, diciendo: –«Está ‘escrito: "No sólo de pan vive el hombre, ‘sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."

En otros palabras: CONFIAR MÁS EN DIOS. A este tipo de tentación debemos escuchar más Palabra de Dios, leer más Palabra de Dios, hablar más Palabra de Dios. Un cristiano come, se viste y vive de lo que le da Dios, no de las circunstancias y cuando conocemos y practicamos esto el enemigo tiene que recurrir a su otra manera de hacernos caer.

El segundo movimiento del maligno es hacernos creer que Dios está lejos de nosotros, que no ve los peligros que nos rodea y que Él tarda en respondernos. Usa nada menos y nada más que el alero del templo. "Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: –«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: «Encargara a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras."

La respuesta del Señor es clara y contundente, de la cual debemos aprender nosotros: "Jesús le dijo: –«También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios." En otras palabras, debemos ser sólidos como la roca en cualquier ataque de este tipo que se nos presente. DEBEMOS APLICAR LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. (Ante el odio, amor; ante el ataque, perdón; ante la injusticia, justicia; ante la escasez, ser dadivosos)

Notemos algo, ¿Acaso Jesús no era Dios? y el diablo no puede tocar a Dios… ¿Qué significa esto? Jesús nos enseña que el diablo nos puede tocar por fuera, pero no tocar por dentro, porque eso es lo que importa lo de ADENTRO. Como cristianos no necesitamos tentar a Dios para probar que está con nosotros.

La última tentación que usa el diablo es el camino fácil para alcanzar el éxito y la comodidad de la vida, "Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: –«Todo esto te daré, si te postras y me adoras.» El camino al éxito que viene de Dios no es fácil, Dios trabaja con personas trabajadoras, no flojas. Debemos tener cuidado de los negocios que hacemos ya que es muy fácil caer en esta tentación.

La respuesta de Jesús es aleccionadora: "Entonces le dijo Jesús: –«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."» Es que adorar al Señor es postrarse ante él. Es hacer las cosas a su voluntad y a su forma aunque los resultados no sean rápidos y tan remunerativos.

Lo último que nos enseña este pasaje el día de hoy es que al final de la batalla siempre nos esperará el tiempo de refrigerio para nuestras vidas, "Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían." Por tanto, no desmayemos, y como dice el apóstol Pablo en Gálatas "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos." y en Hebreos también nos lo dice "No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas"

En este primer Domingo de Cuaresma la Palabra del Señor nos enseña a mantenernos firmes contra las asechanzas del demonio. Nos enseña a crecer, valorar lo que somos, lo valioso de la perseverancia en medio de las pruebas. Hagamos de esta cuaresma una escuela de guerreros que acompañan al ejercito de Dios con Jesús al frente de la batalla. Amén.

Mons. Alexander J. Barroso U.
Arzobispo.

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